domingo, 29 de marzo de 2015

Catilina en memoria de Ibsen a 187 años de su nacimiento



Catilina nació en el año 108 a. C. (o posiblemente poco antes), último representante de la gens Sergia, familia del más noble origen patricio, aunque de poca fortuna social y económica. A pesar de la herencia consular de su familia, el último Sergio que llegó a cónsul fue Cneo Sergio Fidenas, en 380 a. C.
De su padre no sabemos mucho aunque, a juzgar por la expresión de Cicerón (in patris egestate), debió de tener escasos medios económicos y permanecer apartado de la política. Su bisabuelo, Marco Sergio Silo, por el contrario, se distinguió por participar en casi todas las batallas de la Segunda Guerra Púnica.
Catilina trataría de restaurar la herencia política de su familia junto con su antigua situación económica. 

Comandante capaz, Catilina tuvo una meritoria carrera militar. Comenzó desempeñando el cargo de tribuno o prefecto de las tropas auxiliares durante la Guerra Social junto a Pompeyo y Quinto Tulio 

También apoyó a Lucio Cornelio Sila en la guerra civil entre los años 84 y 81 a. C. Durante el gobierno de Cinna, Catilina no desempeñó un papel fundamental, aunque permaneció en una segura situación política. Cuando Sila retornó a Italia, Catilina abrazó su causa, sirviendo en su ejército con el cargo de cuestor; de igual modo, fue un destacado miembro de la oligarquía durante la dictadura silana, beneficiándose de las proscripciones. Plutarco le atribuye el asesinato de varios nobles, así como el de su propio hermano y el de su cuñado, el caballero Quinto Cecilio. Otra acción que se le atribuye igualmente fue la muerte de Marco Mario Gratidiano, sobrino de Cayo Mario, cuya cabeza habría paseado por las calles de Roma y llevado a un agradecido Sila.

A principios de la década de 70 a. C. sirvió en el extranjero, posiblemente con Publio Servilio Vatia, en Cilicia. En el año 73 a. C. fue llevado a juicio por adulterio con la virgen vestal Fabia, aunque Quinto Lutacio Cátulo, principal líder de los optimates, testificó en su favor y Catilina fue exculpado.
En 68 a. C. fue pretor, obteniendo el gobierno de la provincia de África como propretor durante los dos siguientes años. Una vez de vuelta en casa, en 66 a. C., se presentó como candidato para las elecciones consulares, último escalón del cursus honorum. Sin embargo, el cónsul Lucio Volacacio Tulo le impidió ser candidato por motivos de forma. Poco más tarde llegó una delegación de la provincia de África que denunció a Catilina en el senado por abuso de poder mientras ejercía su cargo de gobernador. Catilina fue llevado de nuevo a juicio en 65 a. C., momento en que recibió el apoyo de muchos de los hombres más distinguidos de Roma, incluyendo muchos de los consulares. Incluso uno de los cónsules de aquel año, Lucio Manlio Torcuato, mostró su apoyo a Catilina. Cicerón consideró también ejercer la defensa de Catilina ante el tribunal. De nuevo, Catilina sería exculpado. Sin embargo, su absolución no sería suficiente para que los electores borraran de él toda sospecha de sus supuestos crímenes.

domingo, 22 de marzo de 2015

Lucio Sergio Catilina en memoria de Ibsen a 187 años de su nacimiento

Lucio Sergio Catilina

Lucio Sergio Catilina  (en latín Lucius Sergius Cătĭlīnă108 a. C. - 62 a. C.), 


conocido como
 Catilina, fue un destacado político romano de la era tardorrepublicana, perteneciente a la facción de los populares. Catilina ha pasado a la historia por ser el protagonista de la llamada conjuración de Catilina, una conspiración que, según las acusaciones formuladas por Marco Tulio Cicerón, habría consistido en destruir la república romana. Tal acusación, en los términos que fue planteada, es, según diversos autores, exagerada y vacía de significado.1
Catilina es una de las figuras más enigmáticas de la historia de Roma; envilecida y desdibujada por los cronistas e historiadores clásicos. Las dos fuentes principales de información sobre Catilina son precisamente las más hostiles al personaje. Marco Tulio Cicerón, su mayor enemigo político, no ahorró ninguna denuncia contra él, especialmente en sus discursos llamados Catilinarias, mientras Cayo Salustio Crispo le atribuyó algunos de los más viles crímenes en su monografía moralista Bellum Catilinae. Aun así, muchas de las peores acusaciones contra él, como la de que hacía sacrificios humanos, eran con mucha probabilidad meras invenciones. A pesar de ello, la «Conjuración de Catilina» sigue siendo uno de los más famosos y turbulentos hechos de las últimas décadas de la república romana.

viernes, 20 de marzo de 2015

Catilina de Ibsen a 187 años de su nacimiento

Henrik Johan Ibsen: Catilina (1848-1850)

Francisco Javier Chaín Revuelta


En su crítica de la traducción francesa de Catilina,  publicada en Speaker en1903,  James Joyce como en sueños citaba versos de Henrik Johan Ibsen, personaje que esta nota trae a la memoria a 187 años de su nacimiento.

Soñé que, alado cual el antiguo Ícaro,
Volaba muy alto bajo la bóveda celeste

En el año 1848, a la edad de 20 años, Ibsen escribe su primera pieza (romántica) titulada  Catilina  “Ibsen considera a Catilina como un gran rebelde, como un hombre de grandes ideales que lucha por regenerar a una sociedad corrompida, pero que fracasa en su intento” así lo expresa Ana Victoria Moncada, en el prólogo a la edición de obras de Ibsen de la Editorial Porrúa, México, 1999.
En 1850 Ibsen ya se estaba trasladando  a Cristianía, donde, después de intentar retomar los estudios de medicina, a pesar de llevar una existencia de penurias económicas decide vivir de sus obras. Publica Catilina (1848-1850) bajo el seudónimo de «Brynjolf Bjarme» que es mal acogida por la crítica y no consigue que sea representada
De espíritu esencialmente melancólico y pesimista, recibió fuertes críticas tras la publicación de esta primera pieza teatral. A partir del año 1851 se decide a vivir del teatro, y durante 10 años se desempeña como director escénico, lo que le permite adquirir conocimiento en la técnica de la representación.
Hayry Sullón Chávez del grado/ Secc: 5º “I” del Colegio Nicolás Copérnico en el año 2012 señalaba su parecer sobre las características de las obras de Ibsen: “La apariencia y la realidad. El ser verdadero y el ser no auténtico. Enfrentamiento del individuo y sus ideales con las convenciones sociales. Idealismo Pesimista. Sus personajes son a la vez reales y simbólicos. Finales abiertos que comprometen al espectador con la pieza (le obligan a decidir su propio final)
Jorge Dubatti narra que este drama en tres actos escrito en el invierno de 1848-1849 fue representado por primera vez el 3 de diciembre de 1881 en el Nya Teatern de Estocolmo. Catilina está concebida con arreglo a los principios de la escuela romántica, pero con el intento de desarrollar un drama histórico en relación con las tradiciones del país natal y el ambiente del mundo en torno, cuajado de intentos revolucionarios. El protagonista encarna, como en tantos otros héroes ibsenianos, el fracaso de lo volitivo, de la voluntad y el buen deseo, contra la circunstancia adversa totalmente desfavorable, por encima del Fatum o del Destino de la Tragedia Antigua.
En 1896 Rubén Darío incluirá al autor de  Catilinia en la galería de los personajes excepcionales de Los raros y apelará a la tópica romántica antes reseñada para caracterizar la singularidad ibseniana.
Catilina es un drama histórico y de conciencia. La obra inicial de todo gran autor dramático comprende, al menos, dos dimensiones relevantes para su abordaje crítico: el interés intrínseco y singular de la misma producción, y a su vez la posibilidad de encontrar en esa propuesta artística los primeros esbozos en la conformación de las matrices constitutivas de su trayectoria poética. En ese sentido, el propio Ibsen reconoce que su primer drama teatral, Catilina, contiene varios de los rasgos que  caracterizan toda su dramaturgia: “Muchos temas que aparecen en mis obras posteriores –la oposición entre la aptitud y el deseo, entre la voluntad y la posibilidad, la tragicomedia del individuo y la humanidad-, están ya allí” (Ibsen, Teatro completo, 1952)
La primera pieza teatral de Ibsen fue recibida con indiferencia; recién en 1881, treinta años después de su primera escritura, se realizó en Estocolmo la primera puesta en escena. Ibsen concluyó Catilinia en 1849, y en ese mismo año tuvo su primera negativa, ya que fue rechazada por el Teatro de Cristiana para su representación. La obra no habría sido publicada en 1850 – con el seudónimo de Brynjolf Bjarme-, si los amigos del autor no le hubieran financiado la edición. Tuvieron que transcurrir veinticinco años para que el texto alcanzara su segunda publicación (1875), que incluyó un extenso prólogo del propio Ibsen donde detallaba, entre otras cuestiones, las repercusiones iniciales de su propuesta: “Dio algo que hablar la pieza e interesó a estudiantes, pero la crítica me reprochó la pobreza de mis versos y no estimo asaz madura la obra. (…) Vendimos muy pocos ejemplares de nuestra pequeña edición” (Teatro completo, 1952).
La originalidad de la propuesta de Ibsen no radica en el tema o el personaje elegido sino en su tratamiento. Aunque no se pueda determinar fehacientemente si Ibsen conocía las otras versiones, al momento de la producción de Catilina ya habían sido difundidas varias obras teatrales (Ben Jonson, Alejandro Dumas, entre otros) sobre este episodio conspirativo en Roma. Hay consenso de la crítica teatral en considerar que las fuentes de inspiración del autor noruego al escribir Catilina fueron Cicerón y Salustio, autores latinos que estaban incluidos en el programa de estudios preparatorios que Ibsen seguía para poder ingresar a la Universidad en Cristianía. Es innegable la referencia a Coriolanus, la tragedia romana de William Shakeaspeare.
La singularidad de la versión ibseniana se sitúa en el enfoque que realiza sobre el personaje romano. El autor noruego procuró encontrar en la figura de Catilina no sólo al nefasto conspirador que la tradición histórica clásica se encargo de promover. Sobresale su voluntad de valorar la complejidad de un personaje atravesado por tensiones paradójicas: quiere reformar el Estado corrupto de la época, pero intenta hacerlo con prácticas políticas cuestionables. Catilina es atravesado por la disputa moral, ética y afectiva que sus propias conductas le generan. Andersen Imbert afirma que Ibsen “se apartó de la verdad histórica y del ideal político y escribió, desnudamente, el drama de una conciencia”
La complejidad del personaje de Catilina es acentuada por Ibsen en la articulación de los acontecimientos que la pieza narra. La obra teatral se inicia con un parlamento de Catilina donde éste expresa la necesidad de emprender una acción eficaz para restituir a Roma la virtud pasada, pero también evidencia su indecisión e imposibilidad de llevar a cabo ese emprendimiento. Será justamente un grupo de ciudadanos romanos, con una moral y ética de dudosa dignidad, quienes cansados del régimen de gobierno de la época impulsarán a Catilina a encabezar el levantamiento militar y político.

Precisamente la composición dramática de la pieza se constituye a partir de un juego de dualidades, ya que en el terreno afectivo también el personaje se encuentra en tensión entre dos opciones: el amor de su esposa Aurelia y la atracción por la vestal Furia. Los encuentros idílicos de Catilina con la vestal desembocan sorpresivamente en una solicitud de Furia: como prueba de amor le exige el juramento de venganza sobre el hombre que un día deshonró a su hermana, y ocasionó su posterior suicidio. Trama política y trama amorosa se cruzan estrechamente, drama histórico y melodrama: el villano a castigar por la destrucción de una víctima inocente es el propio Catilina, quien acaba jurando contra su propia persona. En esta escena de develamiento, Furia mata su amor por odio y dejara apagar el fuego sagrado del templo de Vesta, por lo que será condenada a un encierro eterno. El amor despertado por la vestal en Curio, joven pariente de Catilina, derivará en la liberación de Furia y en la traición: develará los planes conspirativos de Catilina. Bajo estas circunstancias, el revolucionario y sus seguidores son derrotados por las fuerzas romanas, y Catilina queda solo en el campo de batalla enfrentado a la doble atracción hacia su mujer Aurelia (a quién terminará apuñalando) y hacia la siniestra Furia, quién le dará muerte a él. 

domingo, 15 de marzo de 2015

Obras de Henrik Johan Ibsen a 187 años de su nacimiento


Henrik Ibsen fotografiado por Gustav Borgen.
La obra dramática de Henrik Ibsen puede dividirse en tres etapas. Una primera etapa romántica que recoge la tradición y el folclore noruego. En estas obras retrata lo que él consideraba defectos del carácter noruego. Obras significativas de este periodo son:
Brand (1866). Simbólicamente retrata la falta de solidaridad de escandinava frente a la invasión prusiana de Dinamarca; su protagonista el sacerdote Brand sacrifica a su mujer y a su hijo por mantener sus principios.
Peer Gynt (1868). Mediante su protagonista Peer, un soñador inconsecuente sin fuertes convicciones que deja todo a cargo de su fantasía, caricaturiza el genio noruego.
Una segunda etapa sería la que se ha llamado realismo socio-crítico. En esta segunda etapa Ibsen se interesa por los problemas sociales de su tiempo y los convierte en tema de debate. Los estrenos de sus obras se convirtieron en grandes polémicas cuando no en grandes escándalos. Ibsen en estas obras cuestiona los fundamentos de la sociedad burguesa. De esta etapa son sus obras de tesis:
Casa de muñecas (1879). Desde sus primeros estrenos el 21 de diciembre de 1879 en el Teatro Real de Copenhague y el 20 de enero de 1880 en el Teatro Nacional de Cristianía, Nora, su protagonista, y su portazo final, se convirtieron en bandera del feminismo y su autor en abanderado. Ibsen plantea en esta obra, con el matrimonio Helmer, la relación entre sexos. Según sus propias palabras:
«Existen dos códigos de moral, dos conciencias diferentes, una del hombre y otra de la mujer. Y a la mujer se la juzga según el código de los hombres. [...] Una mujer no puede ser auténticamente ella en la sociedad actual, una sociedad exclusivamente masculina, con leyes exclusivamente masculinas, con jueces y fiscales que la juzgan desde el punto de vista masculino».
(Notas para la tragedia actual. Ibsen.)
Casa de muñecas se estrenó en gran parte de los países de Europa generando una enorme polémica, siendo inevitable posicionarse a favor o en contra de su protagonista Nora, su portazo final fue motivo de escándalo (Ibsen cambió este final para su estreno en Alemania), sectores opinaron que era un ataque a los fundamentos de la familia.
Espectros (1881). Su protagonista la señora Alving, siguiendo el consejo del pastor Manders, vive junto a su marido simulando ser feliz, siguiéndole en sus vicios e intentando ocultarlos, preservando la imagen respetable que la sociedad mantiene sobre él. Estrenada en Berlín fue prohibida el día de su estreno, fue igualmente prohibida durante quince años en Noruega al considerarla disoluta y revolucionaria.
Un enemigo del pueblo (1882). Quizá esta obra surja como contestación a los ataques que Ibsen sufrió por su obra Espectros. Es el drama de un hombre de convicciones frente al pragmatismo de la sociedad. Su protagonista, el Doctor Stockmann, denuncia que las aguas del balneario, principal fuente de ingresos del pueblo, están contaminadas y son un peligro para la salud. Las fuerzas sociales del pueblo tratan de ocultarlo y queda solo en su denuncia. En un momento dado el Doctor Stockmann se expresa así: «He descubierto que las raíces de nuestra vida moral están completamente podridas, que la base de nuestra sociedad está corrompida por la mentira». Y cuando al fin queda solo y debe abandonar el pueblo con su familia la obra termina con su juicio, tal vez el sentimiento de Ibsen después del estreno de Espectros: «El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo».

Hogar familiar en Skien entre 1836-1843.
El pato silvestre (1884). En esta obra aun siendo realista da un paso hacia la tercera etapa del autor, el simbolismo. Este drama, aparentemente, ya no sería social sino íntimo, en el que nos habla sobre si es posible al hombre regenerarse; pero extendiendo el simbolismo, ese pato silvestre herido que se aferra al fango del fondo del lago para morir, bien podría ser una sociedad que se niega a oír la verdad, que sería su salvación, y se aferra a su mentira. Su personaje el Dr. Redling dirá a modo de conclusión: «La vida podría ser bastante agradable si no llamasen a la puerta esos acreedores reclamando el cumplimiento de los ideales a pobres hombres como nosotros».
La tercera etapa de Ibsen es la simbolista, en esta etapa predomina un sentido metafórico. Son obras significativas de esta etapa: La dama del mar (1888), Hedda Gabler (1890) y El maestro constructor (1892)
Uno de los máximos defensores del teatro de Ibsen sería el premio Nobel Bernard Shaw . De su teatro diría que es el máximo representante de «la obra bien hecha», refiriéndose a la obra bien construida, donde personajes y trama son verosímiles, perfectamente creíbles, por lo que al espectador le es fácil identificarse con ellos.
El teatro de Ibsen influyó en otros autores de su tiempo, en los entonces jóvenes Strindberg y Chejov. El teatro del siglo XX es su deudor y aun hoy sus obras no han perdido vigencia siendo muy representadas en todo occidente.

Obras dramáticas

  • Catilina (1848-1850)
  • La tumba del guerrero (1851)
  • La noche de San Juan (1852)
  • La señora Inger de Ostraat (1855)
  • La fiesta de Solhaug (1856)
  • Olaf Liliekrans (1857)
  • Los guerreros de Helgeland (1858)
  • La comedia del amor (1862)
  • Los pretendientes de la corona (1863)
  • Brand (1865)
  • Peer Gynt (1867; como poema dramático)
  • La unión de los jóvenes (1869)
  • Emperador y Galileo (1873)
  • Brand (1879)
  • Peer Gynt (1876; versión teatral)
  • Las columnas de la sociedad (1877)
  • Casa de muñecas (1879)
  • Espectros (1881)
  • Un enemigo del pueblo (1882)
  • El pato silvestre (1884)
  • La casa de Rosmer (1886)
  • La dama del mar (1888)
  • Hedda Gabler (1890)
  • El maestro constructor (1892)
  • El niño Eyolf (1894)
  • Juan Gabriel Borkman (1896)
  • Al despertar de nuestra muerte(1899)

Biografía de Henrik Johan Ibsen a 187 de su nacimiento


Su padre, un próspero comerciante, se arruina cuando Henrik cuenta ocho años de edad y la familia debe trasladarse a una granja en las afueras de Gjerpen, única propiedad que logra salvar de la quiebra. Allí el pequeño Henrik deberá recorrer 5 kilómetros para asistir a la escuela y se convierte en un niño introvertido y solitario.
En 1842 regresan a Skien y Henrik, con 14 años, ingresa en un colegio religioso, sin embargo, años después, y en su edad madura, se declaraba ateo. Permanecerá en él hasta los 16 años, cuando las necesidades económicas le obligan a desplazarse a la pequeña ciudad de Grimstad para trabajar durante seis años como aprendiz de farmacia. Durante su estancia en Grimstad apenas se relaciona, acentuándose su carácter introvertido. Termina los estudios de secundaria y comienza estudios de medicina (que nunca terminará), se interesa por la literatura y escribe sus primeros poemas y obras dramáticas. De esta época son los poemas Resignación y En otoño y los dramas de carácter romántico Catilina y La tumba del guerrero (o El túmulo del héroe).
En 1850 se traslada a Cristianía, donde, después de intentar retomar los estudios, a pesar de llevar una existencia de penurias económicas decide vivir de sus obras. PublicaCatilina bajo el seudónimo de «Brynjolf Bjarme» que es mal acogida por la crítica y no consigue que sea representada. Colabora con el periódico de la Sociedad de Estudiantes Samfundsbladet y con la revista satírica de literatura y política Andhrimner. El 26 de septiembre de 1851 se representa por primera vez una de sus obras, La tumba del guerrero, en el Cristianía Theater.
En 1852 consigue trabajo en el recientemente establecido Det norske Theater de Bergen, con el compromiso de estrenar una de sus obras al año. Estrena cuatro obras: La noche de San Juan (1853), una nueva versión de La tumba del guerrero (1854), La señora Inga de Ostraad (1855) y La fiesta en Solhaug (1856). En Bergen conoce a Susannah Thoresen, la hija de un clérigo protestante, con la que contraerá matrimonio el 18 de junio de 1858. En 1857 realiza viajes de estudios a Dresden y Copenhague.
En septiembre de 1857 regresa a Cristianía para hacerse cargo de la dirección artística del Cristianía Norske Theater hasta su quiebra en 1862. En 1858 estrena: Los vikingos de Helgeland . Ese mismo año nace su hijo Sigurd y en años siguientes publica sus poemas Paa Viddeme (En las planicies) y I billedgalleriet (En la galería de arte) y escribe el drama La comedia del amor. A la quiebra del teatro le siguen meses de penuria económica; solicita a la Universidad una beca para viaje de estudios, le es concedida y viaja al oeste de Noruega recopilando datos sobre sus expresiones folclóricas. Escribe y publica el drama Los pretendientes de la corona (1863. Según tema concebido en 1858).
En 1864 abandona Noruega y se dirige a Roma donde un año después se reunirá con su familia. Ibsen consideró no vivir en el ambiente luterano y conservador de Cristianía e inició un exilio voluntario de 27 años. En Roma residirá 4 años.
En 1868 se traslada a Alemania donde residirá primero en Dresde (1868-75) y más tarde en Múnich (1875-78). Ibsen es ya un dramaturgo con reconocimiento internacional y sus obras se representan en diversos países de Europa. En 1869 viaja a Egipto invitado como representante noruego a la inauguración del Canal de Suez. En 1873 es elegido miembro del jurado de arte internacional en la Exposición Universal de Viena. En 1878 vuelve a Roma, esta vez para residir durante siete años. Es en todo este tiempo de exilio voluntario cuando escribe su principal obra dramática, sus dramas realistas y simbolistas.
En 1891, a los 63 años de edad, regresa definitivamente a Noruega y en 1895 fija su residencia en Cristianía. En 1898 Cristianía, Copenhague y Estocolmo (las tres capitales escandinavas) celebran solemnemente el septuagésimo aniversario de Ibsen. Sigue escribiendo, de esta época es su drama Juan Gabriel Borkman (1896) entre otras. En 1900 sufre un primer ataque de apoplejía al que le sucederán otros y que irán minando su salud hasta dejarlo postrado en cama totalmente paralítico. Muere el 23 de mayo de 1906 a los 78 años de edad.

jueves, 12 de marzo de 2015

Henrik Johan Ibsen a 187 años de su nacimiento

Henrik Ibsen

Henrik Johan Ibsen
 /ˈhɛnɾɪk ˈjoːhɑn ˈɪpsən/ para decirlo en noruego nació en Skien el 20 de Marzo de 1828 y murió en Cristiana (ahora Oslo) el 23 de mayo de 1906, fue un un dramaturgo y poeta noruego. Es considerado el más importante dramaturgo noruego y uno de los autores que más han influido en la dramaturgia moderna, padre del drama realista moderno y antecedente del teatro simbólico.
En su época, sus obras fueron consideradas escandalosas por una sociedad dominada por los valores victorianos, al cuestionar el modelo de familia y de sociedad dominantes. Sus obras no han perdido vigencia y es uno de los autores no contemporáneos más representados en la actualidad.