martes, 26 de diciembre de 2017

Hafsa, siguiendo su huella

Siguiendo la huella de Hafsa



Ensayo 171224 de Tito Chaín

Reviso la bibliografía y encuentro: Garulo, T.: Diwán de las poetisas de al-Ándalus. Madrid: Hiperión, 1986 ISBN 84-7517-168-0

También encuentro a Rubiera Mata, M.ª Jesús: Literatura hispanoárabe (1992) Mapfre ISBN 84-7100-219-1 (en especial el capítulo V. La poesía árabe clásica en al-Andalus III: el dorado crepúsculo (Siglos XII-XIII) La voz femenina)

Agrego otros dos libros: la enciclopedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Al-Rakuniyya


Con lo anterior me dicen que Ibn al-Khatib dijo que «La granadina ha sido única en su tiempo por su belleza, su elegancia y su cultura literaria» Hafsa ha sido muy respetada, a pesar de su libertad aparente, en su época y por los biógrafos posteriores, es  ejemplo de mujer independiente y culta de la época de mayor esplendor de al-Ándalus

Que su inspiración llega a un máximo en aquellos versos en los que expresa su pesar y su dolor por el encarcelamiento y la muerte de su amante.

La mayoría de sus versos amorosos se dirigían a Abu Jafar, a pesar de que existen algunas sátiras y elogios a Abu Saíd.

Es heredera de la tradición poética árabe, por otra parte, es capaz de expresar, con gran belleza, sus verdaderos sentimientos en un lenguaje espontáneo.

En total, han llegado hasta nosotros 17 de sus poemas, de gran calidad literaria.

Hafsa es la poetisa andalusí de la cual conservamos más obras, gracias, sobre todo, al interés de sus biógrafos y de la familia Banu Saíd.

En el año 1184 acepta la invitación del califa Abu Yusuf Yaqub al-Mansur quien la propone dirigir la educación de los príncipes almohades en Marrakesh, donde permaneció hasta el año de su muerte, en 1191.

Así vivió esta parte de su vida, distinta a la anterior.

Sumida en su tristeza, se retira de la Corte, abandonando la poesía y consagrándose en exclusiva a la enseñanza.

Hafsa lloró la prisión y la muerte de su amante, reflejándolo en unos versos punzantes y llegando hasta el extremo de vestir el hábito de viuda por él, a pesar de las amenazas del gobernador.

En Málaga fue la crucifixión de Yafar en el año 1163, así terminó después de caer en prisión por haber tomado parte en una rebelión política contra el gobernador y por tomarlo como objeto de sus poemas satíricos, al mismo príncipe del cual había sido amigo y secretario, sucesos originados por un triángulo amoroso muy conflictivo.

Por cansancio de las veleidades afectuosas de Yafar o por las presiones del príncipe o de su familia, Hafsa dejó morir su amor por Abu Yafar y no cedió ante los sentimientos de Abu Said Utman, ese hijo del califa Abd al-Mumin quien al llegar en 1156 a gobernar Granada cae perdidamente enamorado de la poetisa y complica la situación.

Sus amoríos fueron cantados por los poetas de su entorno, cuales canciones se han conservado hasta nuestros días. Esta relación dio lugar a un intenso intercambio de poemas amorosos entre los dos amantes, lo que estableció una relación afectiva y pública hacia el año 1154. Yafar pertenecía a la familia de los Banu Said, es en este ambiente de la corte y de la poesía granadina donde conoció al poeta granadino Abu Yafar Ibn Said,

Fue al-Mumin quien le puso el sobrenombre de al-Rakuniyya (derivado de Rakuna, un tipo de salón literario) Con un grupo de poetas y nobles granadinos estuvo ante el califa Abd al-Mumin, al ser enviada a Rabat en el año 1158. Hafsa desarrolló una actividad literaria y educativa intensa y adquirió una reputación que llegó a traspasar los límites de Granada, donde pronto ocupó un lugar importante en la corte de los almohades de Granada, por su belleza, talento y cultura.

Hafsa vive la caída de la dinastía Almorávide y la instauración del califato de los Almohades, su vida es época de agitación política intensa, pasa infancia y juventud en Granada siendo hija de rico e influyente noble de origen berebere, nace en Granada alrededor del 1135 y muere en Marrakesh en el 1191.

Hafsa bint al-Hajj, más conocida como al-Rakuniyya (Granada, 1135 - Marrakesh, 1191) fue una de las poetisas más célebres de al-Ándalus.


¿Voy yo a ti o tú vienes a mí?
Mi corazón acepta lo que digas.
A salvo te hallarás de la sed y del sol
cuando ocurra tu encuentro conmigo,
pues mi boca es dulce fuente cristalina,
las ramas de mi pelo, sombra umbrosa,
Respóndeme enseguida…

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