47 años de indignación
Embozados rompen la marcha pacífica del 2 de octubre
Movilización desde Tlatelolco renueva la exigencia de justicia ante los delitos de lesa humanidad
La causa de 1968 se hermana con la de Ayotzinapa
Petardos, piedras y gases en el Zócalo
La marcha conmemorativa por la matanza de Tlatelolco, que recorrió desde la Plaza de las Tres Culturas hasta el Zócalo capitalino, a su paso por el Eje Central Lázaro CárdenasFoto Carlos Ramos Mamahua
En primer plano, Jesús Martín del Campo (izquierda), integrante del Comité 68, ayer en la Plaza de la ConstituciónFoto Guillermo Sologuren
Laura Poy y Arturo Sánchez
Periódico La Jornada
Sábado 3 de octubre de 2015, p. 2
Sábado 3 de octubre de 2015, p. 2
Ayer dos generaciones marcharon juntas. Los líderes históricos del Comité 68 y los estudiantes normalistas y universitarios, quienes reiteraron su exigencia de justicia, fin a la impunidad y castigo a los culpables de delitos de lesa humanidad. Este 2 octubre, al cumplirse 47 años de la matanza de Tlatelolco, y poco más de un año de la desaparición de 43 normalistas, dos causas se hermanaron: Tlatelolco y Ayotzinapa.
En el Zócalo capitalino, donde se celebró el mitin central, también convivieron la protesta pacífica y la provocación. Pese a que la movilización transcurrió sin incidentes y los contingentes, la mayoría de jóvenes normalistas y estudiantes de universidades públicas, ingresaron a la Plaza de la Constitución en orden, un grupo de menos de 50 personas encapuchadas se enfrentó con elementos de la Policía Federal (PF) en la esquina de Corregidora y Palacio Nacional.
A unos metros de donde transcurría el mitin encabezado por líderes de 68 y padres de familia de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, se lanzaron bombas molotov, petardos, piedras y botellas. Primero arrojaron un petardo y una lata de pintura a la puerta central de Palacio Nacional, mientras Félix Hernández Gamundi, ex dirigente del Consejo Nacional de Huelga, expresaba al micrófono:
Por todo el territorio nacional transitan propuestas para un nuevo constituyente, un nuevo pacto social. Hacia allá tenemos que caminar para atacar la raíz, la esencia de este Estado represivo. No habrá otra manera de superar esta situación. Compañeros, alto, alto, que no prospere la provocación. Los compañeros alrededor del asta bandera, pongan pie firme. No caigamos en esta provocación.
Choque con policías
Mientras se hacía el llamado a los miles de manifestantes concentrados en el Zócalo, cuya mayoría permanció escuchando a los oradores, un grupo de no más de 300 personas se concentraron en la esquina de Pino Suárez y Palacio Nacional, donde comenzaron a arrojar bombas molotov contra elementos de la Policía Federal, quienes respondieron lanzando gases lacrimógenos.
En un momento de la trifulca, integrantes del Comité 68 avanzaron con una de las mantas hacia el punto donde se enfrentaban los encapuchados y los uniformados para impedir que se acercaran al Zócalo. Pese a la nube de gases lacrimógenos y piedras, mantuvieron una valla para resguardar a los manifestantes.
El intercambio de piedras y botellas duró más de media hora. En la explanada continuaba el mitin, donde Felipe de la Cruz, vocero de los padres de familia, reiteraba que México no busca sólo a los 43 normalistas desaparecidos, afirmó que son miles de casos de personas que tratan dehallar a sus seres queridos, por lo que exigió justicia.
No vamos a dar ni un paso atrás y tampoco vamos a caer en provocaciones.
El enfrentamiento entre los encapuchados y la PF se inició momentos después que se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la masacre estudiantil, en punto de las 18:10 horas. Tras los primeros incidentes de violencia, los uniformados resguardaron las puertas del Palacio Nacional donde colocaron vallas metálicas.
A través de ocho bocinas se emitió el siguiente mensaje:
Ciudadanos, reconocemos y respetamos su derecho constitucional a manifestarse. Su decisión de expresarse es totalmente válida, siempre y cuando se haga de manera pacífica y a través del diálogo. Existe la plena disposición para que sus demandas sean atendidas. Se les invita a que desistan de cualquier actitud violenta. En caso de presentarse actos de agresión, se actuará de conformidad con la ley para mantener la seguridad y el orden público, respetando en todo momento sus derechos humanos.
Horas antes, integrantes del Comité 68, quienes portaron una manta con la leyenda
¡No más impunidad. Juicio y castigo a los represores del pueblo, ya!, se concentraron en la Plaza de las Tres Culturas, adonde arribaron miles de estudiantes de las escuelas normales rurales del país, de las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma Metropolitana, Autónoma de la Ciudad de México, Autónoma del Estado de México y del Instituto Politécnico Nacional, así como integrantes del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, de la Coordinadora Nacional de Trabadores de la Educación y colectivos urbano-populares.
Al inicio de la movilización, que avanzó por el Eje Central y avenida 5 de Mayo para llegar a la Plaza de la Constitución, integrantes del Comité 68 demandaron a la Procuraduría General de la República la reapertura de los jucios contra el ex presidente Luis Echeverría Álvarez por los crímenes del 2 de octubre de 1968 y la represión del 10 de junio de 1971. También recordaron a los “cientos de asesinatos y desaparecidos de laguerra sucia” y exigieron presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Jesús Martín del Campo, otro de los líderes históricos de 68, dijo que
vamos a empujar juntos para que México deje de ser un territorio de la impunidad y sea un territorio de la justicia, mientras Hernández Gamundi reiteró que esta
gran movilización es para decir ¡ya basta a tanta impunidad y violencia!
Durante el mitin, que concluyó a las 18:48 horas tras entonar el Himno Nacional y la canción Venceremos, Felipe de la Cruz afirmó:
No caigamos en la provocación para que no puedan justificar la represión. En esta plaza está reunida la fuerza y la razón de los jóvenes, porque esta es una marcha pacífcia, pero con todo el valor y coraje para exigir justicia.
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