¿A cuál orden democrático
aspiramos?
Francisco
Javier Chaín Revuelta
De tiempo atrás hay
propuestas para abrir los poderosos medios de comunicación a la participación
ciudadana. La televisión está en manos de un puñado de grandes redes mientras
que otro puñado de grandes corporaciones multinacionales y diversas empresas
estatales representan la mayor parte de toda la publicidad de las
comunicaciones.
Entre las propuestas se
encuentra la que prevé la creación de consejos de las comunicaciones nacionales
formados por civiles y representantes gubernamentales que desarrollarían una
política de comunicación democrática y otorgaría las licencias para operaciones
de radio y televisión.
En las universidades y
en sectores similares que investigan y reflexionan sobre problemas sociales
subrayan la importancia de los medios de comunicación y han indicado la necesidad de incluir en ellos
la participación popular.
Las cuestiones
planteadas en las propuestas incluyen discusiones sobre la información del
nuevo orden mundial para diversificar el
acceso a los medios y fomentar alternativas al sistema de comunicación global
dominada por las potencias industriales occidentales.
Una investigación de la
UNESCO (Organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la
cultura) en tales posibilidades provocó una reacción extremadamente hostil en los
Estados Unidos. La supuesta preocupación
era la libertad de prensa. Por tanto cabe preguntarse ¿Qué tan grave es esta
preocupación y cuál es su contenido sustantivo? Otras preguntas que se
encuentran en el fondo tienen que ver con una política de comunicación
democrática, sea lo que ésta sea y si es algo posible, la pregunta general
es ¿Qué tipo de orden democrático es al
que aspiramos? ¿Al del puñado de poderosos?
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