Sabio varón no occidental difusor de la ciencia
La política de identidad del varón occidentalizado
Frente
a la "política de identidad"
hegemónica que siempre privilegió la belleza occidental y cristiana, sus
conocimientos, sus tradiciones, su espiritualidad y su cosmología mientras
consideraba inferiores y subalternas la belleza no occidental y no cristiana y
sus conocimientos y tradiciones, y su espiritualidad y cosmología, los sujetos
considerados inferiores y subalternos por esos discursos hegemónicos
desarrollaron su propia "política de identidad" como reacción contra
el racismo de los otros sujetos.
Este
proceso es necesario como parte de un proceso de autovaloración en un mundo
racista que los considera inferiores y los descalifica en su humanidad. No
obstante, este proceso de afirmación identitaria tiene sus límites si es que
conduce a propuestas fundamentalistas que invierten los términos binarios de la
hegemónica tradición de pensamiento filosófica eurocentrista, sexista y racista
de los varones "occidentales".
Por
ejemplo, si se supone que los grupos étnicoraciales no occidentales subalternos
son superiores y que los grupos étnico-raciales occidentales dominantes son
inferiores, sólo se están invirtiendo los términos del racismo occidental
hegemónico sin superar el problema fundamental, o sea, el racismo que considera
que algunos seres humanos son inferiores y eleva a otros a la categoría de
superiores por razones biológicas o culturales (Grosfoguel, 2003).
Otro
ejemplo es el de aceptar - como lo hacen algunos fundamentalistas
afrocentristas y del Islam - los discursos fundamentalistas eurocentristas
hegemónicos de que la tradición europea es la única que es natural e
inherentemente democrática, mientras que se presupone que los "otros"
no europeos son natural e inherentemente autoritarios, y le niegan al mundo no
occidental (que, obviamente, son diferentes de la democracia liberal
occidental) los discursos democráticos y sus formas propias de institucional
democrática (ejemplo, el mandar obedeciendo zapatista con su institucionalidad
en los “caracoles”).
Como
resultado, estos fundamentalistas eurocentristas de corte islamista o
afro-centristas terminan apoyando al autoritarismo político, que es lo que
hacen todos los fundamentalistas del Tercer Mundo cuando aceptan la falsa
premisa del fundamentalismo eurocéntico de que la única tradición democrática
es la occidental y, por consiguiente, se supone que la democracia no es
aplicable en su "cultura" y sus "sociedades" no
occidentales, defendiendo así las formas autoritarias y/o dictatoriales, monárquicas
de autoridad política, lo cual meramente reproduce la forma invertida del
esencialismo europeo.
La
idea de que la "democracia" es inherentemente "occidental"
y que las formas "no democráticas" son inherentemente "no
occidentales" es uno de los binarios principales de los discursos
fundamentalistas eurocentristas compartidas por sus variantes eurocéntricas
invertidas, como, por ejemplo, los fundamentalismos
"Tercermundistas".
Las
"divisiones" que resultan de estas políticas de identidad terminan reproduciendo
de manera inversa ese mismo esencialismo y fundamentalismo del discurso
fundamentalista eurocentrista hegemónico. Si definimos el fundamentalismo como
las perspectivas que suponen que su propia cosmología y epistemología son
superiores y como la única fuente de verdad, inferiorizando y negando la
igualdad a otras epistemología y cosmologías, entonces el eurocentrismo no es simplemente
una forma de fundamentalismo sino el fundamentalismo hegemónico más peligroso
en el mundo de hoy. Es la más peligrosa no solamente por tener los medios
políticos-epistémicos institucionales y militares de imponerse a nivel mundial
sino por ser la matriz epistémico que genera todos los otros fundamentalismos
en el mundo hoy.
Los
fundamentalismos tercermundistas (afrocentrista, islamista, indigenista, etc.)
que emergen como respuesta al fundamentalismo eurocentrista hegemónico y que la
prensa "occidental" coloca en las portadas de los diarios todos los
días son formas subordinadas de fundamentalismo eurocentrista en cuanto que
reproducen y dejan intactas las jerarquías binarias, esencialistas y raciales
del fundamentalismo eurocentrista (Grosfoguel, 2009).
En
resumen, la consecuencia política de esta discusión epistemológica es que la
base fundacional de las discusiones contemporáneas sobre la política del Islam,
sobre la democracia y sobre la llamada "guerra al terrorismo" es un
"terrorismo racial occidental" contra el mundo “bárbaro”, “salvaje”
considerado como “no occidental”.
Es
la realización de la fantasía acerca del “choque de civilizaciones” del profesor
Samuel Huntington de la Univeridad de Harvard.
El
racismo/sexismo epistémico "occidental", al inferiorizar las
epistemologías y cosmologías "no occidentales" y privilegiar la
epistemología "occidental" como la forma superior de conocimientos y
como la única fuente para definir los derechos humanos, la democracia, la
ciudadanía, etc., termina descalificando lo "no occidental" como
incapaz de producir democracia, justicia, derechos humanos, conocimiento
científico, etc.
Esto
se basa en la idea esencialista de que la razón y la filosofía se encuentran en
"Occidente" mientras que el pensamiento no racional se halla en
"todo el resto del mundo”. En esta premisa se juega con la vida de
millones de personas en el mundo.
Fuente:
Revista
ASTROLABIO, ISSN 1668-7515
nueva
época. NÚMERO 6, 2011
ISLAMOFOBIA
EPISTÉMICA Y CIENCIAS SOCIALES COLONIALES
EPISTEMIC ISLAMOPHOBIA AND COLONIAL SOCIAL
SCIENCES1
Ramón
Grosfoguel
Ramón
Grosfoguel es Profesor Asociado de Estudios Étnicos en la Universidad de
California, Berkeley, y Principal Investigador Asociado de la Maison des
Sciences de l´Homme de Paris. Ha publicado numerosos artículos y libros sobre
la economía política del sistema mundial y sobre las migraciones de caribeños a
Europa y los Estados Unidos de Norteamérica.
grosfogu@berkeley.edu
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