Mi
tío Beto
Tito Chaín
19 de Septiembre
de 1989
En Guymas, Sonora, México el 3 de diciembre de 1966
Alberto
Chaín Isam tuvo en 1934 su primer llanto confundido con el estruendo del tren
en Villa Azueta, estación en la vía férrea veracruzana y escala de la férrea
vida de sus padres emigrados de la Siria de la Media Luna. Aún niño lo
trasladan, huyendo del paludismo, al zoco México-ibero-árabe de Córdoba, donde
cambiaría las reglas del comercio por las de la simpatía. Corrido de las
escuelas por superar a los profesores en atraer la atención de sus felices condiscípulos,
fue confinado al espantoso hospicio de Orizaba, que abandona saltando la barda
a los tres días para sumarse a las huestes del circo Unión. Alguna vez ¿o
fueron varias? Tanús contó que años después llegó famélico a casa, al fenicio
barrio, con la segura sonrisa de dominar equilibrios fantásticos y, como dijera
Gil Dorantes, graduado de artista de circo, maroma y teatro ¿Sus foros? Dependiente
de comercio, cobrador de camión urbano de pasaje, promotor con o sin micrófono,
animador de ferias de la garnacha y la cerveza, experto en bailar trompo y yoyo,
as en el juego de las canicas, querido de la negra “Bola de Humo” destacado
beisbolista, bombero, abstemio, músico, santaclós, shoumen de cabaret, técnico
en la campaña de la lucha contra el paludismo por las riberas del Papaloapan,
Mago, caravanero artístico por todas la plazas y teatros de la república mexicana,
consumado danzarín, dominador de todos los ritmos, se bailaba en cines y
teatros con Vitola, María Victoria, Ninón Sevilla y más actrices y cantantes,
socio del doctor Alba y su Gioconda por las plazas de América, dominador del
arte de hipnotizar gallinas, marino en las rutas petroleras del Golfo de México
asistiendo al capitán Cámara, temible corsario de mares fermentados. ¿Sus
últimos foros? Comerciante, as de la baraja y el dominó, esposo de María Elena
en la ribera de río Tuxpan desembocando en el mar, promotor de la Feria y de la
arena de box y lucha. Cuando el amigo jarocho “pásameelvaso” (Villavilvazo en castizo)
que departió con él inolvidables jornadas, se enteró que el 12 de Julio de
1989, lanzaba su último suspiro, no pudo sino exclamar “Ese hombre fue y murió
feliz” y en verdad la vida de Alberto es un plagio de los milenarios cuentos de
las milenarias noches “En la antigüedad del tiempo y en lo pasado de la edad,
hubo un mago entre todos los magos de Oriente, que por la gracia de Alá,
recorrió las tierras llevando, en lugar de mercancías, una bolsa mágica
conteniendo increíbles diversiones y enormes alegrías, que sólo se agotaron,
cuando el clemente y misericordioso Alá, decidió abrirle las puertas del
paraíso y ponerle fin a sus días terrenales en un prodigioso puerto
abierto a todos los mares, fue entonces que un maravilloso poeta de esta tierra
de poetas, grabó sobre su lápida el epitafio “Aquí yace Alberto, el mago del amor, que repartió completo, las mieles del humor”
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