Fuerte participación en elecciones clave para el futuro de Cataluña
dom, 27 sep 2015 08:44
Barcelona. Cataluña votaba masivamente este domingo en unas elecciones regionales "históricas", en las que sus ciudadanos podrían entregar el gobierno a una coalición independentista decidida a iniciar un proceso de secesión de España.
"No es momento para estar separados, cuanto más unidos mejor", aseguraba en un barrio alto de Barcelona Mireia Galobart, jubilada de 70 años.
"Estoy emocionado y nervioso, hace mucho tiempo que se habla de cómo solucionar este tema y hoy al menos sabremos cuántos hay en cada lado, si somos mayoría o no", decía por su parte Toni Valls, arquitecto de 28 años, que votó a la coalición independentista Junts pel Sí (Juntos por el Sí). Unos 5,5 millones de catalanes estaban llamados a las urnas y hacia media jornada, la participación era ya superior a los comicios anteriores.
Un 35.12 por ciento de personas había votado a las 13 horas tiempo local, anunció el gobierno regional, es decir 5,7 puntos porcentuales más que a la misma hora en 2012, año que ya había batido récords de participación con un 68 por ciento al final de la jornada.
"Hoy en Cataluña hay una gran victoria de la democracia. El resultado lo sabremos esta noche, veremos quien gana, quien no gana. Pero la democracia ya ha ganado", afirmó el presidente catalán saliente, Artur Mas, un nacionalista hasta hace poco moderado que en 2012 dio un vuelco radical hacia el independentismo.
Tras más de dos años pidiendo un referéndum de autodeterminación como los celebrados en Quebec o Escocia, sistemáticamente denegado por el gobierno conservador español de Mariano Rajoy, Mas apostó finalmente por convocar estas elecciones anticipadas y dotarlas de un carácter plebiscitario.
A ellas se presenta junto a independentistas de izquierda y derecha y numerosas figuras de la sociedad civil, incluido el exentrenador del FC Barcelona y actual técnico del Bayern Múnich Pep Guardiola, en Junts pel Sí.
En una región donde pocos parecer mantenerse al margen de un debate que despieta pasiones, también el actual entrenador del Barça, Luis Enrique, escribió en su cuenta Twitter: "Hoy CATALUÑA decide. Yo ya he ejercido mi derecho al voto. Visca Cataluña!!!!!". Originario de la región de Asturias, en el norte de España, pero convertido en gran favorito del público barcelonista, nunca se posicionó públicamente sobre la independencia.
Participación histórica
El voto antiindependentista queda disgregado entre el centrista Ciudadanos, el izquierdista Podemos, el Partido Socialista y el conservador Partido Popular (PP) de Rajoy, cuya campaña se centró en Barcelona y su área metropolitana, donde viven 3,2 millones de personas.
¿El objetivo? Movilizar a los votantes no secesionistas, mayoritarios según los sondeos, especialmente en esta zona, pero menos activos políticamente.
"Parece que vamos hacia una participación histórica y éste era el primer objetivo que nosotros nos habíamos marcado, que fuese a votar todo el mundo", se felicitó el candidato del PP, Xavier García Albiol.
Oficialmente destinados a renovar el parlamento y el gobierno regionales, estos comicios en el fondo van mucho más allá: apostar o no por un proyecto que lleve a la constitución en 2017 de una república independiente en esta región de 7,5 millones de habitantes.
Ello podría abrir un periodo de fuertes turbulencias en España, que en tres meses celebra unas elecciones legislativas donde el gobierno de Rajoy tiene mucho en juego. Si, junto a la izquierda anticapitalista radical CUP, logran una mayoría absoluta de escaños en el parlamento regional (68 de un total de 135), como predicen los sondeos, Mas y sus aliados prometen iniciar su proceso secesionista.
Rajoy y sus ministros lanzaron mil advertencias contra la secesión: salida de la Unión Europea, fuga de empresas, corralito, caída de exportaciones...
En juego está la región más rica de la cuarta economía de la Eurozona justo cuando ésta deja atrás la crisis y crece a velocidad de crucero. Sin Cataluña perdería 25% de sus exportaciones, 19% de su PIB y 16% de su población.
Rajoy asegura que bloqueará legalmente cada paso hacia la separación, y su partido aprobó recientemente una reforma del Tribunal Constitucional que permitiría inhabilitar a Mas. Mientras, los independentistas amenazan con una declaración unilateral de secesión.
Para el historiador Carlos Gil Andrés, "éste es un momento especial", aunque si no hay una "mayoría aplastante", se "va a reproducir la situación actual" marcada por la falta de diálogo.
"Si hay diálogo se puede encontrar una solución que mejore la autonomía y los ingresos de Cataluña", reclama Toni Medina, de 79 años. No desvela su voto, pero lo deposita con un solo deseo: "que se arreglen las cosas".
¿El objetivo? Movilizar a los votantes no secesionistas, mayoritarios según los sondeos, especialmente en esta zona, pero menos activos políticamente.
"Parece que vamos hacia una participación histórica y éste era el primer objetivo que nosotros nos habíamos marcado, que fuese a votar todo el mundo", se felicitó el candidato del PP, Xavier García Albiol.
Oficialmente destinados a renovar el parlamento y el gobierno regionales, estos comicios en el fondo van mucho más allá: apostar o no por un proyecto que lleve a la constitución en 2017 de una república independiente en esta región de 7,5 millones de habitantes.
Ello podría abrir un periodo de fuertes turbulencias en España, que en tres meses celebra unas elecciones legislativas donde el gobierno de Rajoy tiene mucho en juego. Si, junto a la izquierda anticapitalista radical CUP, logran una mayoría absoluta de escaños en el parlamento regional (68 de un total de 135), como predicen los sondeos, Mas y sus aliados prometen iniciar su proceso secesionista.
Rajoy y sus ministros lanzaron mil advertencias contra la secesión: salida de la Unión Europea, fuga de empresas, corralito, caída de exportaciones...
En juego está la región más rica de la cuarta economía de la Eurozona justo cuando ésta deja atrás la crisis y crece a velocidad de crucero. Sin Cataluña perdería 25% de sus exportaciones, 19% de su PIB y 16% de su población.
Rajoy asegura que bloqueará legalmente cada paso hacia la separación, y su partido aprobó recientemente una reforma del Tribunal Constitucional que permitiría inhabilitar a Mas. Mientras, los independentistas amenazan con una declaración unilateral de secesión.
Para el historiador Carlos Gil Andrés, "éste es un momento especial", aunque si no hay una "mayoría aplastante", se "va a reproducir la situación actual" marcada por la falta de diálogo.
"Si hay diálogo se puede encontrar una solución que mejore la autonomía y los ingresos de Cataluña", reclama Toni Medina, de 79 años. No desvela su voto, pero lo deposita con un solo deseo: "que se arreglen las cosas".
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