martes, 13 de enero de 2015

¿A cuál orden democrático aspiramos?

¿A cuál orden democrático aspiramos?

Francisco Javier Chaín Revuelta

De tiempo atrás hay propuestas para abrir los poderosos medios de comunicación a la participación ciudadana. La televisión está en manos de un puñado de grandes redes mientras que otro puñado de grandes corporaciones multinacionales y diversas empresas estatales representan la mayor parte de toda la publicidad de las comunicaciones.

Entre las propuestas se encuentra la que prevé la creación de consejos de las comunicaciones nacionales formados por civiles y representantes gubernamentales que desarrollarían una política de comunicación democrática y otorgaría las licencias para operaciones de radio y televisión.

En las universidades y en sectores similares que investigan y reflexionan sobre problemas sociales subrayan la importancia de los medios de comunicación y  han indicado la necesidad de incluir en ellos la participación popular.

Las cuestiones planteadas en las propuestas incluyen discusiones sobre la información del nuevo orden mundial para  diversificar el acceso a los medios y fomentar alternativas al sistema de comunicación global dominada por las potencias industriales occidentales.


Una investigación de la UNESCO (Organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura) en tales posibilidades provocó una reacción extremadamente hostil en los Estados Unidos.  La supuesta preocupación era la libertad de prensa. Por tanto cabe preguntarse ¿Qué tan grave es esta preocupación y cuál es su contenido sustantivo? Otras preguntas que se encuentran en el fondo tienen que ver con una política de comunicación democrática, sea lo que ésta sea y si es algo posible, la pregunta general es  ¿Qué tipo de orden democrático es al que aspiramos? ¿Al del puñado de poderosos?

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