sábado, 10 de enero de 2015

Charlie Hebdo


Charlie Hebdo
Francisco Javier Chaín Revuelta

Por estos lares ¡ahora sí! se sabe que Charlie Semanal es revista satírica francesa con sede en París.  Se publicó entre 1969 y 1981 con los sucesivos nombres de Hara-Kiri, Hara-Kiri Hebdo y Charlie Hebdo, para volver a editarse en 1992. Su  último editor  Stéphane Charbonnier (Charb) asesinado en loco y fanático ataque había declarado a Le Courrier (9/abril/2010) que la redacción de la revista refleja “Todos los componentes de la izquierda plural, incluso de los abstencionistas”  

La sátira es género que expresa indignación hacia alguien o algo con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se puede escribir en prosa, verso o por medio de artes gráficas y escénicas. En la sátira los vicios, las locuras, los abusos o las deficiencias se ponen de manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía, el sarcasmo y otros métodos; ideados todos ellos para lograr una mejora de la sociedad. Aunque en principio la sátira está pensada para la diversión, su propósito principal no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia.

Francisco de Quevedo, cultivador de la sátira, en la dedicatoria al conde de Lemos del Juicio Final: «A manos de v. Excelencia van estas desnudas verdades que buscan no quien las vista, sino quien las consienta» y lo reitera con diversas variaciones en sus poemas satíricos: Pues amarga la verdad, /quiero echarla de la boca; / y si a l´alma su hiel toca, /esconderla es necedad.

Las protestas de verdad son consustanciales al género de la sátira pero, como es bien sabido, nos dicen menos sobre la veracidad del mundo representado que sobre el sistema de vicios y virtudes que rigen los códigos éticos de la sociedad. Los tipos y figuras criticados por Quevedo son la antítesis de los valores que como humanista y escritor se propone defender y que se presentan subvertidos. De un autor de sátiras podría exigirse lo que se pedía de los filósofos desde la Antigüedad: que predicaran con el ejemplo, ya que la denuncia de la corrupción reinante no podría ser «autorizada» si no estuviera avalada por su indiscutible integridad moral. Quevedo juega con esta convención cuando en el prólogo a los Sueños cita irónicamente un refrán para anticipar posibles críticas:  Y créanme y no errarán, que es más que temeridad echar piedras al tejado del vecino quien tiene el suyo de vidrio.

En “El espejo y la máscara” Jorge Luis Borges muestra al poeta reponder al rey “Me he adiestrado en la sátira, que causa enfermedades de la piel”

El periódico egipcio Al Masri al Yum publicó caricatura de Anuar donde un dibujante de Charlie Hebdo con pincel rojo traza una sonrisa en el pasamontañas del forajido que le encañona " y donde se escribe ¡Larga vida a la sátira! Anuar afirma que la única réplica válida a la sátira es la sátira misma.

Northrop Frye afirma que las necesidades humanas de afiliación política, religiosas e ideológicas tienen que ver con las necesidades primarias de sexo, comida, propiedad y libertad de movimiento. Cree que los mitos fundamentales de la humanidad expresan angustias sobre las preocupaciones primarias. Concluye que la Biblia cristiana es el paradigma de todos los símbolos, mitos, géneros y tipologías de la literatura secular de occidente. La creación, la caída, la destrucción, el exilio, la redención y la restauración son para él los patrones centrales y todos ellos se encuentran en la Biblia. Considera que la literatura es integrar nuestra experiencia literaria, considerando que la literatura es inseparable de la religión, Dios mismo llega a nosotros como evento lingüístico. La metáfora, inherente a la sátira, es el principio que hace que dos cosas puedan ser simultáneamente idénticas y distintas.

Se ha escrito que el amor al enemigo parece no ser tarea de los hombres, como pide el evangelio, sino de los ángeles. La infinita venganza de la venganza que padecen nuestras sociedades lo confirman y no perciben que  la sátira de mayor sorna y corrosión pone a prueba el respeto a la verdadera y plena libertad de expresión.  Je suis Charlie.


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